LIFESTYLE | LTC. LA CONTRASEÑA

Cuando me enteré que este restaurante estaba en Ponzano 6 (Madrid) no me lo podía creer. La de veces que he pasado por ese tramo de calle lleno de bares de barrio...¿quién iba a pensar que habría un local así allí?. La portada a la calle ya llama la atención y sobretodo ahora en verano que la tienen completamente abierta de forma que La Barra,  donde sirven vino, cerveza y pinchos, se integra con la calle. Lo que no se nada más entrar es lo mejor. Cuando entré en la zona de restaurante no me lo podía creer, es un espacio alucinante. Se divide en varias zonas y mantiene la estructura y muchos de los acabados originales. Consta de La Sala, una zona previa al Patio, cubierto con vidrio dejando pasar toda la luz, y después una antigua vaqueriza convertida en un nave de alturas con el Gin Bar en la parte alta.
Además cuando me lo enseñaron descubrí El Escondido, el último de los ambientes de La Contraseña que no vi cuando fui a cenar. Es una sala privada, como una cámara acorazada y secreta que mantiene el misterio por el restaurante.
Lo que más me llamó la atención fue que mientras cenas tienes plantas tropicales y fuentes al lado de tu mesa. El mobiliario está perfectamente escogido y todos los materiales dialogan a la perfección. Además durante el día entra luz natural por el patio y el espacio se hace muy especial.
Las sillas de cuero y hierro, las paredes de ladrillo, loa acabados de madera y los numerosos detalles que han aportado lo dueños de sus viajes hacen que sea un restaurante digno de visitar.
Después de cenar allí un día no pude resistirme a enseñároslo a todos. No solo la cena fue riquísima, sino que es un restaurante diferente y de un gusto exquisito.

When I Heard that this restaurant was in Ponzano 6 (Madrid) i could not believe it. Averytime I've gone through that stretch of Street was full of neighborhood bars ... could anyone imagine that there would be a restaurant like so?. The front to the street catches the eye and especially now in summer that ur is fully open so The Bar, serving wine, beer and pinchos, is integrated with the street. But the best is yet to come. When I walked into the restaurant I could not believe it, it is an amazing space inside. It is divided into several areas and maintains the structure and many of the original finishes.It has La Sala, before to The Patio, covered with glass letting all the light comes inside, and then an old cowshed turned into a double space, two heights with the Gin Bar at the top.Also when the showed me the restaurant I discovered The Escondido, the last of the environments I did not notices when I went to dinner the first time. It is a private room like a secret chamber that keeps the mystery around, the restaurand didn't allow to take pictures inside.What caught my attention was that the tropical plants and fountains next to your table. The furniture is really well chosen and all materials dialogue perfectly. Also during the day natural light enters to the Patio and space is very special.Leather with iron chairs, brick walls, wood finishes and many details that the owners have get from their trip make it a restaurant worth visiting.After dinner there one day I could not resist to show it to you all. Not only dinner was exquisite, but also the restaurant.